Lo que comenzó siendo un deseo que inspiró a una familia, a crear un espacio de encuentro vital en interacción como sujetos sociales para crecer y progresar como familia humana, en un territorio en cuyo entorno está la presencia viva de un símbolo ancestral que inspiró el nombre del proyecto, La Peña (Huaiqa), hoy sigue siendo una realidad viva, en movimiento, interacción, transformación y constante progreso, elementos necesarios para re-crear esa realidad alimentada física y espiritualmente por cada una de las familias que le han apostado de manera activa y consciente a escribir esta historia colectiva desde sus historias individuales, en una convivencia socialmente significativa.
¿Cómo se siente Olga hoy, a los 10 años de creación del proyecto escolar?
Con el deber cumplido. Agradecida con la vida y con el espíritu del proyecto que ha sido un maestro que con sabiduría me ha permitido descubrir que tengo una familia que, más que familia, somos un gran equipo: de trabajo, de servicio, con mucha vocación, dedicación, amor incondicional, pasión y entrega, a pesar de las dificultades, donde cada uno ha dado lo mejor de su ser para sostener y acompañar el compromiso con las familias que integran el proyecto, para seguir creciendo en su proceso individual a pesar de las diferencias.
Dicen que la mejor guía de la enseñanza es el ejemplo… y como familia somos fiel testimonio de ello.
Gracias equipo.